No los sorprendan las tribulaciones que os asedian
1 Pedro 4:12
La mayoría de nosotros, una vez que tomamos un paso de fe, esperamos cielos azulados y también que el océano de nuestras vidas sea como una taza de leche; pero cuando azotan las tormentas nos llenamos de perplejidad e incertidumbre. Esto es exactamente lo que podemos esperar si es que hemos recibido algo del Señor. La evidencia primordial de su presencia es el desafío y acoso del adversario. Mientras mas real la bendición, démoslo por seguro que nos enfrentaremos a tribulación. Es bueno esperar lo peor, y si no llegara, no nos sorprendamos. Y si al contrario, si por consecuencia de nuestro caminar es fácil y ligero, sin oposición, gocémonos porque nos llega inesperadamente.
Sepamos bien lo que significa “tentación”. Si nos consideramos muertos al “yo” y al pecado, quizás nos sorprenda que llegue una tormenta de pensamientos y sentimientos que parecieran salir de lo mas profundo de nosotros. Nos veremos provocados a pensar: “Yo pensé que estaba muerto, pero parece que estoy vivo”. Este es el minuto de recordar que una tentación no es en sí pecado, es una táctica vil del enemigo.
MEDITEMOS Y OREMOS
