Es cierto que todavía no vemos que todo le esté sujeto
Hebreos 2:8-9
Es bueno que aprendamos a depender en el Señor para que él opere con nuestros débiles recursos; y mientras dependemos de él m
Si Dios puso bajo él todas las cosas, entonces no hay nada que no le esté sujeto. Ahora bien, es cierto que todavía no vemos que todo le esté sujeto. Sin embargo, vemos a Jesús que fue hecho un poco inferior a los ángeles, coronado de gloria y honra por haber padecido la muerte. Así, por la gracia de Dios, la muerte que él sufrió resulta en beneficio de todos.
¡Qué verdad lo que vemos en este texto! Cuántas cosas parecieran ser mas poderosas que nosotros, pero bendito sea el nombre de nuestro Señor Jesucristo que todas están sujetas a él, y lo vemos coronado por sobre todas ellas.
Cristo es nuestra cabeza, nuestro representante, el otro ego, el otro yo, y donde él está, nosotros estamos seguros. Cuando no somos capaces de ver realizado lo que Dios ha prometido, o lo que hemos reclamado como nuestra experiencia, mirémoslo a él y veámoslo realizado en él y reclamémoslo a él.
Lo nuestro es sólo la mitad del círculo; la otra mitad celestial del círculo ya está cumplida. La mitad del arcoíris la vemos, un día estará rodeando el trono e incluirá el otro hemisferio de todo lo que ahora está incompleto en nuestra vida.
Por fe entonces, entremos a toda nuestra herencia. Levantemos nuestros ojos al norte, al sur, al este y oeste y escuchémosle decir: Yo te daré a ti y a tu descendencia, para siempre, toda la tierra que abarca tu mirada (Gen 13:15). Recordemos que el círculo ya está cerrado, está completo, que nuestra herencia es ilimitada y que Dios puso todo bajo él, bajo sus pies.
MEDITEMOS Y OREMOS
