“Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.”
1ª. Tesalonicenses 5:24
La fidelidad de nuestro amado Señor y Padre hace que podemos confiar plenamente en Él sin dudar.
Nuestras necesidades espirituales y materiales son cubiertas. Su fidelidad no es la fidelidad que se encuentra en el mundo donde vivimos, es la fidelidad del Reino de Dios.
Por eso también oramos que venga su Reino en nuestra vida, para acercarnos a la condición de Cristo mirando a Él como ejemplo de vida, con una mente renovada y conforme al Reino.
Señor Padre Celestial sabemos que tu presencia nunca faltará en nuestra vida y que tú cumplirás Tu obra en nosotros, tus promesas son si y amén. Te alabamos y te adoramos por lo que Tú eres en nuestras vidas, eres fiel, aun cuando nosotros no lo somos. Dios de pactos, tu fidelidad es grande, pues todas tus promesas se cumplen. En todo tiempo puedo acercarme confiadamente a Ti y alcanzar la gracia del oportuno socorro, esa es la evidencia incuestionable de tu gran fidelidad.