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Hogares Encendidos: Una instancia por la bendición

“Dios tenga misericordia de nosotros, y nos bendiga; Haga resplandecer su rostro sobre  nosotros”
Salmo 67:1

El salmista sabía la necesidad que cada ser humano necesita: recibir la misericordia de Dios.  Los pecadores necesitamos la misericordia de Dios. 

Charles Spurgeon decía: “El perdón del pecado siempre es el primer eslabón en la cadena de  misericordias experimentada por nosotros. La misericordia es un atributo fundamental de  nuestra salvación. “ 

La segunda parte del versículo dice: Haga resplandecer su rostro sobre nosotros 

Si nos miramos en un espejo, veríamos muchas imperfecciones de nuestro rostro o nuestro  cuerpo, no hay nada que se escape. 

Cuando la luz de la gloria de Dios se reflejó en Moisés, su cara brillaba de tal forma que nadie  podía mirarle, porque era tan grande el resplandor, que deslumbraba a aquellos que le miraban.  Cuando miramos a Dios, Él nos bendice y la luz de su gloria se refleja en nosotros; es cuando  funcionamos como espejos perfectos, cuando la santidad de Dios se refleja en nosotros es  cuando los demás nos miran y ven sus imperfecciones, pero no por lo que somos nosotros, sino  porque en nosotros ven a Dios y la santidad de Dios muestra el pecado del hombre. 

¡Clamemos a Dios que tenga piedad de nosotros! Roguémosle ser espejos de su gloria,  pidámosle que podamos ser un reflejo de su amor, el espejo no acusa, muestra, no busca hacer  daño, intenta ayudar, como espejos debemos estar en la luz para poder resplandecer y cumplir  nuestra función. ¡Qué Dios tenga misericordia de nosotros y nos bendiga! ¡Que seamos espejos  útiles y hogares encendidos que miran a Dios y reflejan su luz!

 

 

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