“Para que sea conocido en la tierra tu camino, En todas las naciones tu salvación. Te alaben los pueblos, oh Dios; Todos los pueblos te alaben.”
Salmo 67: 2-3
Esto nos recuerda la idea detrás del gran pasaje misionero de Mateo 28:19-20: Por tanto, id, y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo.” Jesús no les dijo que solamente
evangelizaran y salvaran almas, sino que hicieran discípulos de todas las naciones, y que les enseñaran que guardaran lo que les había mandado.
Sea conocido en la tierra: El salmista tenía un hermoso alcance en mente: no en Jerusalén, no solo en Judá, no solo en todo Israel, no solo en América o Asia, no solo en todo el mundo mediterráneo, sino en toda la tierra.
Dios quiere que tengamos el mismo sentir y la misma visión – ¡para toda la tierra!
En todas las naciones tu salvación: De todos los caminos de Dios, este es el más precioso y necesario. Al ver a un mundo que perece en sus delitos y pecados, a un mundo que ha dejado atrás a la Biblia y vive como le place, deberíamos anhelar la salvación de Dios en todas las naciones.
La más clara manifestación de la gloria de Dios está en Su Hijo Jesucristo, quien es la salvación que ha sido provista por el Señor para las naciones y los pueblos de la tierra.
Recuerden que Pablo escribió (1 Corintios 10:31). que todo lo que hagamos, inclusive las cosas que nos parecen más vanas, deben hacerse para la gloria de Dios Es por causa de ese anhelo, que llevamos el evangelio y buscamos ser buenos mayordomos y usar las bendiciones que nos han sido dadas, para llevar el mensaje de Jesucristo a todos los hombres, desde nuestros hijos hasta nuestros vecinos y amigos, pues sabemos que cuando los hombres vean a Jesucristo verán la gloria de Dios.
Seamos hogares encendidos que lleven el evangelio de Jesucristo hasta lo último de la tierra