En esto es glorificado mi Padre, en que llevéis mucho fruto, y seáis así mis discípulos.
Juan 15:8
La verdadera manera de glorificar a Dios es que Dios muestre su gloria a través de nosotros, que brille a través nuestro como vasijas vacías, reflejando su llenura de gracia y poder.
El sol se glorifica cuando puede mostrar su luz a través de un cristal, o reflejarse brillantemente en un espejo o en un pacífico océano.
No hay nada que glorifique más al Señor que cuando un hombre débil puede triunfar, por us poder, en instancias donde las más altas cualidades humanas lo decepcionarían, pero, su poder lo traslada victorioso a lo largo de cualquier vicisitud y sufrimiento. Un espíritu por naturaleza débil, irresoluto, mezquino y pecaminoso se transforma en dulzura, pureza y poder para permanecer victorioso en medio de circunstancias que con cualidades de una simple naturaleza humana sería imposible glorificar a Dios.
Una mente que por naturaleza no es ni fuerte o sabia, pero cuando es dirigida por la sabiduría divina, y llevada por la senda de un plan prodigioso usado para efectuar grandes resultados para Dios y el hombre -esto glorifica a Dios.
Padre, déjame glorificarte este día y adornar tu doctrina con todo lo que hago.
MEDITEMOS Y OREMOS
