“para mostrar en los siglos venideros las abundantes riquezas de su gracia en su bondad para con nosotros en Cristo Jesús.”
Efesios 2:7
El gran propósito de Cristo para su pueblo es educarlos para que “sean iluminados los ojos del corazón para que sepan a qué esperanza él los ha llamado, cuál es la riqueza de su gloriosa herencia entre los santos, y cuán incomparable es la grandeza de su poder a favor de los que creemos.” Ese poder es la fuerza grandiosa y eficaz (Efesios 1: 18-19)
Comprobemos en nuestras variadas tareas cotidianas y escenas conflictivas, su poder y gracia y así conoceremos en los tiempos venideros la incomparable riqueza de su gracia, que por su bondad derramó sobre nosotros Cristo Jesús.
¿Estamos siguiendo a nuestro maestro en la Escuela de la fe? ¿Estamos terminando la educación en medio de los sufrimientos temporales y efímeros que ahora padecemos, que hará producir en nosotros una gloria eterna que vale muchísimo más que todo sufrimiento? (2 Corintios 4:17)
Poco entendemos o siquiera podemos soñar lo que significará un día el sentarnos con Él sobre su Trono y compartir con Él el poder de Dios y el gobierno del universo. Seamos fieles discípulos ahora y pronto, con Él, nosotros también habremos soportado la cruz, menospreciando la vergüenza y como resultado nos sentaremos a la derecha del Trono de Dios. (hechos 12:2)
MEDITEMOS Y OREMOS
