“Cantaré yo a Jehová, porque se ha magnificado grandemente;
Ha echado en el mar al caballo y al jinete.”
Éxodo 15:1
El Señor nos llama a la victoria, al triunfo. ¿Nos hemos dado por vencido y rendido en algún conflicto? ¿Hemos dicho: esto ya es mucho? Puedo ceder cualquier cosa, ¿pero esto?
Si hemos dicho lo anterior, no hemos entrado en la Tierra de la promesa. El Señor quiere que aceptemos todas y cada una de las dificultades que la vida nos depara. Él comienza con nosotros mismos, conociendo cada dificultad, y si nos atrevemos a dejarle, él nos permitirá ser no sólo vencedores, sino más bien “más que vencedores” (Romanos 8:37)
¿Estamos buscando todas las victorias que él tiene para nosotros? Dios le da a cada uno de sus hijos la fuerza para la batalla y vela por cada uno de ellos en entusiasmo. Él añora acercarnos y susurrar en nuestro oído: “Yo he visto tu conflicto, aprecio tus tribulaciones, me regocijo en tus victorias; me has honrado”
Recordemos lo que el Señor le dijo a Josué en el principio: “Nadie te podrá hacer frente en todos los días de tu vida; como estuve con Moisés, estaré contigo; no te dejaré, ni te desampararé.” Josué 1:5
También su palabra para nosotros es: No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia. Isaías 41:10.
MEDITEMOS Y OREMOS
