“Y esto, conociendo el tiempo, que es ya hora de levantarnos del sueño; porque ahora está más cerca de nosotros nuestra salvación que cuando creímos”
Romanos 13:11
Uno de los grandes enemigos de la fe es la indolencia. Es más fácil echarse a morir y sin sufrir que levantarse y sobreponerse. Es más fácil quedarse dormido en la nieve y nunca despertar que levantarse y sacarse el letargo y estupor de encima. La fe es como un arte energético y dinámico. La oración es un trabajo intenso. La oración esforzada (eficaz) del justo puede mucho, reza el texto santo.
Satanás quiere que durmamos como lo hozo con los discípulos en el huerto. “Orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos.” (Efesios 6:18) “no os hagáis perezosos, sino imitadores de aquellos que por la fe y la paciencia heredan las promesas.” (Hebreos 6:12).
Es el viento que lleva a los veleros por sobre las aguas, pero el viento es impotente si el timonero no mantiene firmemente el timón y la vela en contra del viento. De la misma manera nosotros tenemos el timón; Dios llena la vela con su viento. El timón no lleva el velero hacia adelante, pero es el timón, en contra del viento, que permite a las velas llenarse de viento y avanzar. De la misma manera, “guardarás en completa paz a aquel cuyo pensamiento en ti persevera; porque en ti ha confiado.” (Isaías 26:3)
MEDITEMOS Y OREMOS
