“Sin mí nada podéis hacer”
Juan 15:5
¿Cuánto podemos hacer para el Señor? Nos acostumbramos a responder: “todo lo que se pueda”. ¿Hemos pensado alguna vez poder hacer más de lo que se pueda?
Este pensamiento me lo sugirió una amiga cristiana quien comentaba como el Señor había puesto en su corazón hacer lago por su causa que estaba por sobre sus posibilidades. Cuando ella accedió a obedecerle, el Señor le dio la certeza de su poder y sus recursos. Fue tanta la provisión correspondiente a su fe que ella pudo hacer mucho más de lo que ella siquiera pensaba poder hacer. Ella pudo cumplir los deseos de su corazón y ver un trabajo hecho para lo que sus propias fuerzas no eran suficientes.
El Apóstol dice: “todo lo puedo en Cristo que me fortalece”, pero al mismo tiempo dice que, “no que seamos competentes por nosotros mismos para pensar algo como de nosotros mismos, sino que nuestra competencia proviene de Dios” (2ª. Corintios 3:5)
¡Bendita suficiencia!
¡Bendita esta total-suficiencia!
La bendición de no tener nada que finalmente me provee todo. Bendita fe cuyo regalo es: ¡todo lo puedo en Cristo que me fortalece”!
MEDITEMOS Y OREMOS
