“Mirad bien, no sea que alguno deje de alcanzar la gracia de Dios; que, brotando alguna raíz de amargura, os estorbe,
y por ella muchos sean contaminados;”
Hebreos 12:15
No es la pérdida de todo lo que nos debe preocupar, pero sí el no alcanzar lo que deberíamos alcanzar. No hemos de perder nuestras almas, pero sí podemos perder algo más precioso: la total aprobación de Dios, su más alto deseo para nosotros, y una incorruptible corona de perlas.
“Yo quiero en esta corta vida mía todo lo que me sea posible para un verdadero servicio a Dios y al hombre, ayúdame a cumplir de la mejor manera.
Yo quiero en medio de la gran victoriosa multitud que mi nombre se pronuncie al escuchar a mi Maestro decir: ¡Hiciste bien, siervo bueno y fiel!
Dame Señor tus más altos desafíos: que otros tomen lo que quieran del resto. Sus cosas buenas no me atraen ya que yo tengo lo mejor de ti.” Poema del Dr. Simpson.
MEDITEMOS Y OREMOS
