“Llévame a una roca donde esté yo a salvo”
Salmos 61:2
Todas las dificultades y peligros deben ceder ante la omnipotencia de la fe. Por fe las murallas de Jericó cayeron después de rodeadas siete veces, y también los castillos mas fuertes. Por fe Daniel tapó la boca de los leones y perseveró, se nos dice porque creyó en Dios. No fue su integridad de vida o su valiente fidelidad que lo salvó, fue su confianza en Jehová, su Dios.
Esa fe es la que ha protegido de la muerte y desastre a muchos Hijos de Dios en las experiencias cotidianas de su vida providencial. No hay dificultad tan pequeña para su ejercicio ni crisis tan terrible para su triunfo.
¿Vamos a salir entonces con su escudo y adarga para probar así las posibilidades de la fe? De esta manera tendremos una vida segura pasando por el mismo valle de sombra y de muerte (Salmo 23:4), sabiendo que somos inmortales hasta que nuestra obra termine y nuestros días se acaben.
MEDITEMOS Y OREMOS
