“Orad sin cesar” 1ª. Tesalonicenses 5:17
Una importante ayuda en la vida de oración es el hábito de llevar todo en oración al Señor, momento a momento, a medida que las cosas llegan a nuestra vida. Esto se forma un hábito como se forma cualquier otro: se repite, se atiende constantemente, momento a momento, hasta que lo que era antes un acto de la voluntad, ahora es espontáneo.
Si miramos nuestras vidas, veremos que el Señor atiende con su bendición todo lo que a él le entregamos en oración. Muchas veces él permite que las mejores cosas sean inútiles si no se las hemos entregado a él en oración. Esto lo hace el Señor para recordarnos que nuestra total dependencia de él.
Es una manera elegante, atenta y amable decir que el Dios nos insta a recordarnos de él. Él nos quiere mantener muy cerca suyo para que no nos zafemos ningún minuto de su poderosa mano. “Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.” Filipenses 4:6.
Traigamos nuestras peticiones como el pequeño incienso; todas nuestras preocupaciones, reclamos y situaciones. El Señor quiere cargar con todo. (Poema del Dr. Simpson)
MEDITEMOS Y OREMOS
