“cuando no era más que uno solo lo llamé, y lo bendije y lo multipliqué”
Isaías 51:2
El plantar arroz en el oriente es un proceso precioso. El arroz se planta en medio de un barrial y se cultiva con búfalos. Después de unas semanas aparecen los pequeños brotes verdes por sobre el agua. La semilla se planta en abundantes montones. El obrero después puede levantar un puñado de brotes en cada manojo que tome. En ese minuto, esos brotes se pueden trasplantar.
De igual manera, el Señor nos planta y nos permite crecer cerca de muchos de sus hijos. Quizás estemos en gavillas, junto con los demás. Pero al llegar a cierto punto se nos tiene que trasplantar o podemos llegar a nada. Dios nos llama por su Espíritu y providencia a situaciones tan grandes que debemos descansar sólo en sus ilimitados recursos de gracia y así tener la oportunidad de evolucionar y crecer. “Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.” Jeremías 17: 7-8
MEDITEMOS Y OREMOS
