“Yo soy la vid y vosotros los pámpanos”
Juan 15:5
¿Cómo me puedo apropiar de Cristo como mi santificador y mi sanador? Esta pregunta se ma hace a menudo.
Es necesario primero que tomemos la postura de la fe. Esto se hace con un acto definitivo, puntual y voluntario y después se mantiene como un hábito constante. Es igual que cuando se planta un árbol. Hay que ponerlo en la tierra en un acto puntual y después hay que dejar que permanezca ahí en la tierra hasta que las raíces se arraiguen y puedan obtener los nutrientes de la tierra.
Hay dos etapas: el plantar, que se hace una sola vez y la absorción, que se hace de forma constante.
La absorción saca la nutrición de la tierra a través de raíces pequeñas donde los poros absorben todo de la tierra. Una vez que se establece el hábito, por ley las plantas absorben vida de la tierra, sin esfuerzo y es tan natural para la planta crecer como para nosotros respirar.
Señor ayúdame hoy a permanecer en ti y crecer en el hábito de nutrir toda mi vida de la tuya, para que sea real en mí, que en ti vivimos, nos movemos y existimos. (Hechos 17:28)
MEDITEMOS Y OREMOS
