Son pocos los obreros, Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo.
Lucas 10:2
La oración es la poderosa fuerza que moverá la obra misionera. Pídanle, por tanto, al Señor de la cosecha que mande obreros a su campo (Mateo 9:38)
Estamos orando todos los días que el Señor toque los corazones de los hombres a través del Espíritu Danto, para que así ellos se comprometan a ir a otras latitudes para predicar el Evangelio.
Estamos orando para que él los despierte en la noche con una convicción solemne, que hay hombres y mujeres que perecen a diario y su sangre estará sobre sus almas. Dios está respondiendo esa oración al enviarnos personas día a día que sienten que el mandato del rey es perentorio y requiere urgencia (1 Samuel 21:8)
Hermanos: oren, oren, oren.
A medida que las peticiones ascienden a los cielos habrá un período de silencio allí, carbones encendidos se vaciarán sobre la tierra, y la venida del Señor se acercará más.
Envíanos carbones encendidos, del altar del cielo, llena nuestros corazones de un deseo irresistible, hasta que nuestras oraciones, cual incienso asciendan. (Poema del Dr. Simpson)
MEDITEMOS Y OREMOS
