“Anduvieron… por la soledad sin camino”
Salmos 107:4
Todos los que pelean la batallas del Señor tienen que contentarse con morir a las opiniones favorables de los hombres o los halagos de la alabanza humana. No podemos hacer la excepción siquiera de las buenas opiniones de los hijos de Dios. Es muy fácil que el insidioso adversario nuestro convierta esto en algo atractivo para la carne.
Está bien cuando el Señor nos envía la aprobación de hombres; pero nunca debemos dejar que la aprobación de los hombres sea la motivación de nuestra vida. Todas estas motivaciones son un veneno que nos resta fuerzas para dar la gloria a Dios. Debemos contentarnos con andar en la soledad del camino.
El hombre de Dios ha de andar solo con Dios. Debe contentarse con esta verdad: Dios sabe todas las cosas. Es casi un alivio para el hombre natural descansar en expresiones de compasión humana que engañosamente acomodamos con amor filial, cuando de veras estamos descansando en la compasión de un “gusano” como nosotros mismos.
MEDITEMOS Y OREMOS
