Él guiará los pasos de sus fieles.
1ª. Samuel 2:9
Percances y privilegios atienden la vida del creyente. Mientras más nos acercamos a Dios, más son las luchas contra fuerzas espirituales malignas en las regiones celestiales. El lugar más seguro está en la obediencia a la Palabra de Dios, en un compromiso serio del corazón y en una vigilancia santa.
Cuando un creyente piensa que ya no es necesario ser vigilante, corre peligro.
Caminemos en íntima y santa confianza, a su vez con una humilde y santa vigilancia, y él ha de guiar los pasos de sus fieles.
Y ahora, que toda la gloria sea para Dios, quien es poderoso para evitar que caigan, y para llevarlos sin mancha y con gran alegría a su gloriosa presencia. Que toda la gloria sea para él, quien es el único Dios, nuestro Salvador por medio de Jesucristo nuestro Señor. ¡Toda la gloria, la majestad, el poder y la autoridad le pertenecen a él desde antes de todos los tiempos, en el presente y por toda la eternidad! Amén. (Judas 24-25)
Muchas veces nos preguntamos ¿Qué hemos de hacer o cómo hemos de responder? La respuesta Dios nos la ha dado, hay que responder como Cristo lo hizo. Cuando tentación vil acecha y dardos crueles nos apuntan, nuestra armadura celestial siempre será: ¿Cómo respondería Cristo?
MEDITEMOS Y OREMOS
