La dulzura de labios.
Proverbios 16:21
Nuestra condición espiritual está inseparablemente conectada con nuestra vida física. El flujo de la vida espiritual, sus corrientes divinas, pueden verse interrumpidas por un coagulo; la corriente vital puede escurrirse a través de una pequeña herida.
Si quieres mantener el vigor de Cristo en tu vida, apártate de cualquier infección espiritual, de todas las heridas e irritaciones del corazón. Una hora de preocupaciones puede desgastar tanta vitalidad como una semana de trabajo; un minuto de malicia y envidia te hará más daño que tomar veneno.
Un espíritu amable y un corazón gozoso son esenciales para una vida sana. Quietud de espíritu, ternura, tranquilidad y la paz de dios que sobrepasa todo entendimiento, valen más que todas las pastillas para dormir dela farmacia.
A veces, al conversar con un individuo por media hora, no nos sorprende que éste no esté saludable, más bien está enfermo. Tiene los suficientes disgustos, prejuicios, dudas y temores como para quebrantar la constitución más fuerte.
Hermano (a), si quieres mantener tu vida en Cristo llena de vigor y fuerza, tendrás que mantenerte al margen de lo que la destruya. Guárdate para él y su obra y tendrás esa abundante fuerza y vigor.
MEDITEMOS Y OREMOS
