Pelea la buena batalla de la fe.
1ª. Timoteo 6:12
¿Cómo se sentirá el Señor cuando lo defraudamos y cuando él ya haya vertido su sangre a nuestro favor y nos ha colmado con tantas manifestaciones de gracia y cuidado? Nuestro espíritu se levanta como el de Pablo: ¿Quién está calificado para una tarea tan importante? (2ª. Corintios 2:16)
En mi mente puedo visualizar cuando estemos en terrenos celestiales, mirando los pocos años que se nos permitió estar en la tierra. Ojalá podamos allí postrarnos ante los pies de Jesús y decir: “Muchas veces titubeé, muchas duras batallas peleé, pero Tú Señor me has sostenido, y gracias sean a Dios que me ha dado victoria por medio del Señor Jesucristo.”
A un grupo de veteranos recién llegados de una guerra se les pasó revista. A cada uno se le dio una medalla con el nombre de las batallas en que participaron. Detrás del medallón aparecía la frase: “Yo estaba allí”
Cuando llegue esa hora para nosotros, ojalá sea de gran gozo el pensar en las tribulaciones y sacrificios de esos días de grandes batallas y recordar “yo estaba allí” y con la ayuda de Dios y la gracia de Jesús, ahora estoy aquí”
MEDITEMOS Y OREMOS
