El grano para el pan se muele con facilidad, por eso no lo tritura demasiado. Lo trilla bajo las ruedas de una carreta, pero no lo pulveriza. Isaías 28:28
El agricultor no recoge su cosecha solo para triturarla con sus maquinarias. Él se preocupa por mantener el trigo que se cosecha. De igual manera el Señor se preocupa mucho de aquellos que para él son de gran valor y utilidad. Hay algo en nuestra naturaleza que necesita disciplina.
No nos preocupemos de la sabiduría divina o el cuidado personal y discriminado que utiliza, preparándonos para ser el pan de las multitudes que él quiere alimentar.
Dios conoce el camino que toma con nosotros y tiene un infinito cuidado en nuestra supervisión. Él vela y está atento al fogón en que nos encontramos. No permitirá que el fuego nos sea muy intenso. Está mas preocupado en que el calor sea suficiente para purificar todas nuestras impurezas. “Él conoce nuestra condición; sabe que somos de barro” Salmos 103: 14
Por ende, dice Pablo: Las tentaciones que enfrentan en su vida no son distintas de las que otros atraviesan. Y Dios es fiel; no permitirá que la tentación sea mayor de lo que puedan soportar. Cuando sean tentados, él les mostrará una salida, para que puedan resistir.” 1ª. Corintios 10:13
¿Creemos en esta amorosa disciplina de nuestro Padre celestial? ¿Estamos confiando en él para que gobierne nuestra vida? ¡No nos demos el lujo de envidiar o perturbarnos por los que nos rodean!
Un día estaremos gozosos por la disciplina, capacitación y bendición que estas disciplinas nos han traído.
MEDITEMOS Y OREMOS
