No se puede servir a la vez a Dios y a las riquezas.
Mateo 6:24
Jesús no dice que no podamos servir a Dios y al dinero. Más bien él dice que, ¡no podemos servir a dos amos! Si tratamos de servir a los dos, terminamos sirviendo sólo a uno. La persona que piensa que él o ella está sirviendo un poco al Señor, se engaña a si misma. No está sirviendo al Señor. Dios no quiere ese tipo de servicio. El enemigo monopolizará a esa persona muy rápido.
Un corazón dividido pierde ambos mundos. Saulo de Tarso trató de hacerlo. Balaán igual. Judas trató de hacerlo. Sus esfuerzos terminaron en fracasos.
Para María había una sola opción. El Apóstol Pablo dijo que para él: El vivir es Cristo; de este tipo de vida el Señor dice: Rescataré a los que me aman; protegeré a los que confían en mi nombre. (Salmo 91:14). El Señor tiene un orgullo especial al revelar su amor al corazón de quien lo escoge enteramente. Cielo y tierra pasarán antes que esta confianza pueda desalentarnos. ¿Le hemos escogido? ¿Le hemos entregado nuestro corazón?
¿Es Cristo el Rey de tu corazón?
MEDITEMOS Y OREMOS
