Eres un jardín Cercado.
Cantares 4:12
La figura que se ilustra en este pasaje es un espacio que oportunamente da fruto, no un lugar desértico, infructuoso o deshabitado. La tierra en un jardín está cultivada, muy diferente a los pedregales o bordes camineros. La tierra de un jardín es la cultivación. La tierra se prepara, se rompe con el arado, se suaviza y se alista con el trajín de la siembra. Todas las piedras tienen que salir junto a las raíces de toda maleza.
Las cosas buenas que buscamos no crecen naturalmente y no prosperan en terrenos naturales o baldíos. Todos pensamos que hay que mejorar la naturaleza vieja, pero esa no es la metodología del Señor. Su manera es desarraigarla por completo y crear una nueva de la nada, para que todo provenga de él; así se reconocerá a Jesús como el Alfa y la Omega.
Lo que queremos es aprender a morir. No puede haber una vida real a no ser que el “yo” muera. Ni siquiera tratemos de hacer eso nosotros, pero pidámosle a Dios que nos “mate”, y él hará una obra completa.
El secreto de la naturaleza es que en el verano muere y vive otra vez. La primavera aparece de la tumba del invierno y la cosecha de la siembra de la semilla que se entierra y muere (Juan 12:24)
MEDITEMOS Y OREMOS
