Te he puesto por padre de muchas gentes delante de Dios, a quien creyó, el cual da vida a los muertos, y llama las cosas que no son, como si fuesen.
Romanos 4:17
La palabra de Dios crea lo que ordena y comanda. Cuando Cristo nos dice: Ya vosotros estáis limpios por la palabra que os he hablado. Juan 15:3, es estamos limpios. Y cuando él dice: “No hay condenación” Romanos 8:1, no la hay, aunque haya una vida de pecados por delante de nosotros. Cuando él dice: “ porque las armas de nuestra milicia no son carnales, sino poderosas en Dios para la destrucción de fortalezas” 2 Corintios 10:4, entonces los débiles llegan a ser fuertes. Este es el lugar de la fe.
Un comandante francés agradeció a un soldado raso que le salvó la vida y lo llamó “Capitán”. Aunque era un soldado raso, él se tomó las palabras de su comandante, aceptó su nueva designación y se le constituyó en capitán.
Porqué no consideramos las palabras de justificación, santificación, ¿poder y liberación y hacemos realidad estas vigorosas promesas?
El da esfuerzo al cansado, y multiplica las fuerzas al que no tiene ningunas. Los muchachos se fatigan y se cansan, los jóvenes flaquean y caen; pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.
Isaías 40: 29-31
MEDITEMOS Y OREMOS
