Bendice, alma mía, a Jehová, y bendiga todo mi ser su santo nombre.
Bendice, alma mía, a Jehová, y no olvides ninguno de sus beneficios.
El es quien perdona todas tus iniquidades, El que sana todas tus dolencias;
El que rescata del hoyo tu vida, El que te corona de favores y misericordias;
El que sacia de bien tu boca de modo que te rejuvenezcas como el águila.
Salmos 103: 1-5
Quién mejor que nosotros, los que hemos recibido la plena salvación de Dios podemos cantar esta alabanza de gratitud y adorar a Dios por la gloriosa salud del Cristo resucitado y su continua juventud?
Este salmo y sus primeros versos están en el centro de las Sagradas Escrituras; ahora dejemos que la cita bíblica de hoy esté en el centro de nuestras vidas al mirar hacia atrás, hacia delante y hacia arriba en un gesto de agradecimiento y de acción de gracias.
Cantemos también las palabras del verso 22: “Bendecid a Jehová, vosotras todas sus obras, En todos los lugares de su señorío. Bendice, alma mía, a Jehová.”.
Señor centra mi corazón en tí y en el espíritu de amor, alabanza y gratitud
MEDITEMOS Y OREMOS

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