prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.
Filipenses 3:14
Hemos pensado mucho en lo que hemos recibido del Señor. Ahora pensemos en lo que nos queda por recibir, pensemos en las vasijas que no se han llenado, los lugares en nuestra vida que el Espíritu Santo todavía no posee para Dios ni designa para su gloria y presencia.
¿Serán los próximos meses marcados por una diligente búsqueda y aplicación de lo que resta de aceite a esas posibilidades y áreas desocupadas de nuestra vida y servicio?
¿Conocemos la llenura de su gracia en nuestras vidas espirituales? ¿Hemos gustado un poco de su gloria? ¿Hemos creído su promesa para nuestra mente, alma y espíritu? ¿Hemos recibido todas sus posibilidades para nuestro cuerpo? ¿Hemos probado su control sobre los eventos de la naturaleza para mover los corazones de hombres y naciones enteras? ¿Ha abierto él los tesoros del cielo para suplir todas nuestras necesidades económicas? ¿Hemos empezado a entender el ministerio de la oración en intercesión, en la medida que Dios quiere que lo ejercitemos? ¡Que el Señor nos dé el aceite que quede en la mano! (Levítico 14: 17-20)
MEDITEMOS Y OREMOS
