Resistid al diablo y éste huirá de vosotros.
Santiago 4:7
Esta es una promesa de Dios y él la cumplirá. Si resistimos a nuestro adversario, Dios lo obligará a huir para darnos la victoria. Como cualquier ciudadano que espera la protección de su gobierno en contra del ultraje o injusticia de hombres violentos y despiadados, también nosotros sin temor podemos desafiar y resistir a Satanás nuestro enemigo.
Al mismo tiempo, no podemos ubicarnos en el terreno del adversario por medio de alguna actitud o desobediencia. Al hacerlo le damos cierta autoridad sobre nosotros, mientras que el Señor retardará el mostrarnos benevolencia y misericordia. Él no huirá hasta que nosotros nos ubiquemos en un plano santo.
Para todo esto, la armadura de Dios es imprescindible: debemos protegernos con la coraza de la justicia y también con el escudo de la fe si hemos de resistir con éxito a las potestades, a las fuerzas espirituales malignas que dominan este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales en regiones celestiales. (Efesios 6: 11-13)
Vuestros derechos de total redención con valor reclamad; y al extremo el poder del nombre de Jesús probad. (Poema del Dr. Simpson)
MEDITEMOS Y OREMOS
