Oscuros nubarrones lo rodean.
Salmos 97:2
La presencia de nubes sobre nuestro cielo y tribulaciones en nuestro caminar son la clara evidencia que seguimos un pilar de fuego y estamos caminando en la presencia del Señor. Los discípulos tuvieron que entrar en la nube antes que pudieran maravillarse en la gloria de la transfiguración. AL corto tiempo fue esa misma nube el carruaje de ascensión de nuestro Señor y todavía espera como el vehículo santo que lo traerá en su gloriosa aparición.
Es verdad que aún cuando oscuros nubarrones lo rodean, misericordia y verdad estarán presentes yendo delante de tu rostro (Salmos 89:14)
Quizás el más precioso uso de las nubes y el mas lleno de gracia fue para proteger al pueblo de Israel del caluroso sol desértico. Como un paraguas, el majestuoso pilar los cubría; y como toldo sobre el campamento sirvió la sombra de resguardo del quemante calor del árido desierto. El que nunca ha estado bajo el sol oriental, no puede apreciar lo que esto significa, estar a la sombra del gran calor.
Que de igual manera el Espíritu Santo esté entre nosotros y los fogosos dardos de nuestras penas y tentaciones.
MEDITEMOS Y OREMOS
