La promesa de Dios en Filipenses 4: 7 de “paz que sobrepasa” es una promesa preciosa que se da en el contexto de la guerra. La palabra griega traducida “guardará” se usó en circunstancias en las que una ciudad estaba sitiada por las fuerzas enemigas. La guardia debía proteger la ciudad evitando que las fuerzas hostiles la invadieran y evitando que los habitantes de la ciudad huyeran. Esto ilustra que el contexto en el que se da la promesa de paz es uno en el que podemos permitir que las fuerzas hostiles del miedo y la ansiedad invadan nuestros corazones con el resultado de que la paz de Dios huirá.
Hay muchas circunstancias en las que se puede librar esta batalla. Podemos ver esto en el contexto más amplio de toda la carta de Filipenses en la que Pablo escribió sobre lo que llamó “mis circunstancias” (1:12) y su profunda preocupación por la iglesia. Estas cosas fueron causa de gran “conflicto” y “sufrimiento por causa de Cristo” (1: 29-30) y amenazaron con quitarle la paz. Sin embargo, en cada batalla que lo amenazaba con temor y ansiedad, oraba con acción de gracias (4: 6) y creía en la promesa y la paz de Dios guardaba su corazón y su mente.
Esta promesa se nos da para que, sin importar las batallas que enfrentes, la paz de Dios “guarde tu mente y tu corazón en Cristo Jesús”. Que Dios te conceda la gracia y el poder para librar la guerra victoriosamente.