“si mal os parece servir a Jehová, escogeos hoy a quién sirváis; ……pero yo y mi casa serviremos a Jehová.”
Josué 24: 15
Con este precioso capítulo 24 finaliza el libro de Josué en la Biblia. Josué ha sido testigo directo, (recordemos él fue llamado por el Señor para tomar el relevo de Moisés y culminar su entrada a la tierra prometida), del grande obrar de Dios en su propio caminar y en las vidas del pueblo de Israel.
Seguramente, anticipando el final de sus días en este mundo y viendo que lo principal del llamado a tomar la nueva tierra está hecho, pone ahora su atención, y la de todo el pueblo que representa, en afianzar y asegurar la fidelidad de todos ellos, en el que ha hecho posible esa nueva vida y esa buena nueva tierra para ellos, El único y santo Dios.
Para ello, reúne a todo el pueblo, y recapitula, hace memoria delante de todos ellos, del grande amor de Dios, su guía, cuidado y protección, primero para con sus antepasados, y después, también para con todos ellos. Les ayuda, a mirar hacia atrás, para ver que Dios siempre ha estado con ellos, para que reconozcan y tengan bien presente, que sin el favor y poder de Dios en sus vidas, nunca hubieran podido llegar hasta aquí.
Pero no solamente los ha guiado con mano firme y poderosa hasta allí, también El Señor nuestro Dios, les ha entregado las ciudades que no construyeron ni trabajaron, para que las disfruten; con toda sus ventajas y servicios, cosechas, alimentos, comodidades…
Así que, parece querer decirles, ¿qué más señales y muestras del poder y amor de Dios para con vosotros, necesitáis, para decantaros por el Señor, y dejar también atrás, vuestros antiguos y falsos dioses, vuestra anterior y vana, manera de vivir?
Pero tal vez, lo más impactante, directo y trascendente, lo dice en el vs 15, donde les invita a dejar de ser tibios, a dejar de vivir intentado servir a dos señores a la vez, donde les exhorta a tomar la decisión, más importante y trascendente de sus vidas: Entregarse por entero y sin reservas, a Dios, y, por tanto, entrar a su servicio, con integridad, fidelidad y santidad. Josué lo tiene muy claro, él y toda su familia, servirán completa y exclusivamente, al único y santo Dios, Rey de reyes y Señor de señores. ¿Y tú, lo tienes tan claro como Josué? ¿Qué vas a hacer tú?