Ningún siervo puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas.
Lucas 16:13
Las riquezas se pueden convertir en el amo de tus pensamientos, que condicione tus motivaciones para el presente y el futuro y que afecte a tus relaciones familiares y de amistad.
Los bienes materiales pueden intensificar la naturaleza egocéntrica, insensibilizar y malograr todos tus ideales. Aquí las riquezas son presentadas como un amo que ejerce un dominio sobre un criado. Además, se aclara que esa relación es incompatible con la relación de un creyente con su Dios, en la cual el creyente le reconoce a Él como su Señor.
Y la disyuntiva es clara: o se sirve a un señor, o al otro. El Señor del cielo ofrece una vida cuyos valores son opuestos a los valores con los que el señor de este mundo esclaviza a los suyos. Está claro que no se puede servir a ambos señores. (J. Vernon McGee)
Dinero ejerce una gran presión, es como un imán, siempre amenazando tirar de nosotros, alejándonos de Dios. El dinero es una de las herramientas más fuertes de Satanás para alejarnos de Dios.
MEDITEMOS Y OREMOS
“Donde ocurre la gracia, la generosidad sucede”
Max Lucado