Había entonces en Jope una discípula llamada Tabita, que traducido quiere decir, Dorcas. Esta abundaba en buenas obras y en limosnas que hacía.
Hechos 9:36
Tanto el nombre Tabita (arameo) como Dorcas (griego) significan «gacela». La Escritura no nos dice si la personalidad de esta mujer estaba en consonancia con su nombre.
El escritor del libro de los Hechos nos recuerda que Dorcas era conocida por hacer el bien y ayudar a los demás. De hecho, es interesante observar que el relato resalta dos veces las obras bondadosas de Dorcas (9:36, 39): daba limosnas a los pobres e invertía su tiempo tejiendo abrigos y ropa para las viudas, que, como sabemos, eran personas vulnerables en la época y cultura bíblica.
Dorcas fue una mujer que amaba sin esperar nada a cambio. Ella hacía buenas obras porque amaba a las personas.
Esta gran mujer trataba de mejorar la vida de todas aquellas personas necesitadas. Definitivamente, la vida de Dorcas nos enseña cómo podemos ser hombres y mujeres que impacten la sociedad.
Si nosotros deseamos influir como ella lo hizo, necesitamos ser personas que caminen en el amor de Dios, fuente inagotable de todo bien. De esa manera, nuestras buenas acciones tendrán las motivaciones correctas. La Biblia, a través de este pequeño y poderoso relato, nos desafía a seguir el ejemplo de esta discípula amadora de Dios y de los demás.
MEDITEMOS Y OREMOS
“Donde ocurre la gracia, la generosidad sucede”
Max Lucado