Estén siempre alegres.
1ª.Tesalonicenses 5:16
Pueden perder muchas cosas, pero no pierdas tu alegría y gozo. Guarda el espíritu de la primavera. El apóstol Pablo dice: Regocíjense, les digo, regocíjense.
El pueblo de Dios no pudo entrar a la Tierra prometida de Canaán de inmediato por su espíritu de murmuración y de queja. Cuando el pueblo murmuró, desagradaron al Señor. El primer quiebre en su comunión, el primer tropiezo en su avance a la tierra vino cuando ellos empezaron a dudar, a lamentarse y preocuparse desmedidamente.
Cuida tu corazón de las perforaciones que vienen con la depresión, el desaliento, la desconfianza y oscuridad, ya que Satanás no puede hundir al alma que se regocija y alaba.
Cuídate de los comienzos del pecado. No permitas que el primer toque malévolo se anide en tu corazón. Es el primer paso donde pierdes todo. ¡Estamos envueltos en el Espíritu Santo y en la misma vida de Jesús para que lo malvado no nos alcance!
Una mosca dentro de la casa, detrás de una ventana, puede ser atacada por un pajarito de afuera. Todo puede parecer perdido para la mosca, pero el vidrio del ventanal lo protege y está fuera de peligro como si tuviera una coraza de hierro.
MEDITEMOS Y OREMOS
