Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros.
Gálatas 4:19
Es un momento bendito cuando nacemos de nuevo junto a un nuevo corazón creado a la imagen de Dios.
Es aún más bendito el momento cuando en este nuevo corazón, Cristo nace y la Navidad se reproduce en nosotros, y de una manera real, nosotros llegamos a ser una reencarnación de Cristo. Este es el profundo y sagrado significado del cristianismo. Se expresa en la oración de Pablo a los Gálatas: Hijitos míos, por quienes vuelvo a sufrir dolores de parto, hasta que Cristo sea formado en vosotros. [Gálatas 4:19]
Habrá una era mas gloriosa aun cuando nosotros, como Él, seamos transformados y trasfigurados a su gloria, y en la resurrección seamos en espíritu; alma y cuerpo como es él.
Operemos bajo el poder de este principio inspiracional, somos encarnaciones de Cristo, no viviendo nuestra vida, más bien siendo de “aquel que os llamó de las tinieblas a su luz admirable” (1a. Pedro 2:9) Como resultado, nuestras vidas serán para todos el revivir la vida de Cristo, de la manera como él lo estuviera viviendo estando él aquí.
MEDITEMOS Y OREMOS
