Pues ni siquiera Cristo vivió para agradarse a sí mismo
Romanos 15:3
Que este día, olvidándonos a nosotros mismos, trabajemos para Cristo y los demás.
En ningún minuto de hoy pensemos en que otros deben servirnos, más bien digamos con el Señor: estoy entre ustedes como uno que sirve (Lucas 22:27). No acarreamos todas nuestras cargas, dejémoslas a un lado para llevar su yugo sobre nosotros y su carga (Mateo 11:29). Hagamos el cambio con gozo, entregando lo nuestro para tomar lo de él. Que nuestro pacto sea: Tú serás mío…lo mismo haré yo contigo (Oseas 3:3)
Al permanecer de esta manera con él, perdemos nuestras cargas y encontramos mayor gozo, amor divino, pues más vale dar que recibir (Hechos 20:35) “Asegúrense de que nadie pague mal por mal; más bien, esfuércense siempre por hacer el bien, no solo entre ustedes, sino a todos.” (1ª Tesalonicenses 5:15) No perdamos ninguna ocasión para bendecir, busquemos maneras ingeniosas de servir y ser útil. En especial preocupémonos de ganar almas para Cristo.
Los días del cielo con días ocupados, se sirve continuamente. Pasemos nuestros días sirviéndole a Él y a los suyos como los días del cielo serán.
MEDITEMOS Y OREMOS
