“hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, a un varón perfecto, a la medida de la estatura de la plenitud de Cristo”
Efesios 4:13
Dios está preparando sus héroes. Cuando llegue la oportunidad precisa, él los levantará oportunamente y el mundo se preguntará de adónde llegaron. Dejemos que el Espíritu Santo nos prepare disciplinándonos en cada aspecto de nuestras vidas. Cuando él haga los últimos toques como escultor de mármol de nuestras vidas, será fácil para el Señor levantarnos al pedestal que él ha preparado y ponernos en el nicho de su asignación.
Llegará un día como le llegó a Otoniel (Jueces 3: 9-11) y nosotros también juzgaremos a las naciones y reinaremos con Cristo en este reino milenial. “Bienaventurado y santo el que tiene parte en la primera resurrección; la segunda muerte no tiene potestad sobre estos, sino que serán sacerdotes de Dios y de Cristo, y reinarán con él mil años.” (Apocalipsis 20:6); Si sufrimos, también reinaremos con él (2ª Timoteo 2:12)
Antes que ese día se haga realidad, debemos dejar que el Señor nos prepare como preparó a Otoniel en Quiriat Séfer (Jueces 1: 11-13) en medio de las tribulaciones de nuestra vida presente y las pequeñas victorias en que poco soñamos. Podemos estar seguros que el Espíritu Santo tiene a un Otoniel listo, el Señor del cielo y de la tierra tiene un trono preparado para él.
¿Será a mí que él me use en su gracia, ayudando así traer su Reino? ¿Será para mí heredar un lugar, aun un trono de mi Rey?
MEDITEMOS Y OREMOS
