Guíame por el camino eterno
Salmos 139:24
A veces es poca la diferencia que uno observa en la vida de una persona en constante victoria y otra vida en frecuente victoria; pero esa pequeña diferencia constituye la marca de éxito o fracaso. Una es divina y la otra es humana; una es el camino eterno y la otra, perecedera y falible. El Señor quiere guiarnos por el sendero eterno y establecernos tan inamovibles como Él.
Poco entendemos de la seriedad de la más pequeña infracción al no rendirnos en un cien por ciento a Dios. Es el primer paso en una progresión descendiente y sólo el Señor sabe dónde terminaremos. ¡Qué desafío nos da la Palabra!
“Pero nosotros no somos de los que retroceden para perdición, sino de los que tienen fe para preservación del alma.” Hebreos 10:39
Nuestra victoria de hoy prepara el camino para una más grande victoria mañana; igualmente al hacer concesiones o transigir hoy se puede abrir una puerta para una terrible derrota a futuro. Cualquier cosa, entonces, que le hemos pedido a nuestro bendito amo, comprometámoslo a su cuidado, apropiándonos de él para que nos establezca inamovibles en el gozo de nuestra esperanza hasta el fin.
MEDITEMOS Y OREMOS
