A su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
Gálatas 6:9
Si pudiéramos dimensionar los factores eternos que se desprenden de nuestros humildes actos de servicio, en fe, entenderíamos nuestros sacrificios y trabajos como actos de honor y oportunidad y ya no pensaríamos más en nuestros tribulaciones y sacrificios para el Señor.
El grano más pequeño de fe no muere y es un germen incorruptible que se plantará en los cielos y cubrirá le tierra con una siega de gloria imperecedera. Levantemos nuestras cabezas porque el horizonte es más ancho que el círculo que nuestros ojos pueden ver. Estamos viviendo, estamos sufriendo, estamos trabajando y nosotros seguimos confiando por los siglos que han de venir.
No nos cansaremos de hacer el bien, porque enhorabuena segaremos si no desmayamos. Con lágrimas extasiadas levantaremos nuestras voces un día, Cuán grande es tu bondad, que atesoras para los que te temen, y que a la vista de la gente derramas sobre los que en ti se refugian (Salmos 31:19)
Señor, ayúdanos hoy a vivir en el poder del mundo venidero, viviendo en concierto con el cielo aunque caminando por esta tierra.
MEDITEMOS Y OREMOS
