En lugar de la zarza crecerá ciprés, y en lugar de la ortiga crecerá arrayán; y será a Jehová por nombre, por señal eterna que nunca será raída.
Isaías 55:13
El mas dulce de los memoriales de nuestro Señor es una zarza y una espina que cambia a una flor de paz y bondad donde antes sólo crecían recriminaciones.
El Señor espera construir este tipo de memoriales en nuestras vidas con los materiales que hoy nos causan mucho dolor. Tomemos las quejas, las separaciones, nuestras relaciones conflictivas y rupturas que nos han traído dolor y quebranto y dejemos que el Señor las sane. Permitámosle darnos la gracia que necesitemos para ser corregidos y aceptados con los que hemos estado mal. Nos maravillaremos del gozo y la bendición que serán nuestros donde antes emanaban nada más que pesar y dolor.
“Bienaventurados los pacificadores, porque ellos serán llamados hijos de Dios.” Mateo 5:9. El eterno empleo de nuestro bendito redentor es reconciliar a los culpables y separados de Dios. Nuestra más celeste y digna imitación a Cristo será ser como él.
Salgamos a enjuagar las lagrimas del mundo sumido en las penas; salgamos a sanar al quebrantado de corazón, salgamos a unir corazón con corazón y al cielo con la tierra.
MEDITEMOS Y OREMOS
