“Y no hay cosa creada que no sea manifiesta en su presencia;
antes bien todas las cosas están desnudas y abiertas a los ojos de aquel a quien tenemos que dar cuenta.”
Hebreos 4:13
La traducción de este verso en la Nueva Versión Internacional es “todo está al descubierto” Al descubierto: esta es la intención de las palabras griegas, es la figura de un atleta que ha peleado en el Coliseo Romano y al final ha quedado postrado y a la merced de su adversario. Ahí está sin poder levantar su mano y seguir peleando. Está al descubierto, atónito, desarmado, desvalido y no le queda otra alternativa que estar a los pies de su adversario y apelar a su misericordia.
Esta es la posición a la cual el Señor quiere llevarnos, donde ya no luchemos más para defendernos ni siquiera mejorarnos, y quiere que nos postremos indefensos ante la misericordia de Dios. Es la única esperanza del pecador, y ahí a los pies misericordiosos de Jesús, recibir la salvación gratuita que nos ofrece a todos.
Al creyente que busca la vida profunda y la vida en el poder de Cristo, es menester que se dé cuenta de su propia insuficiencia e impotencia y postrarse “al descubierto” quedarse a los pies de Jesús, el gran vencedor.
MEDITEMOS Y OREMOS
