“Y no como lo esperábamos, sino que a sí mismos se dieron primeramente al Señor,
y luego a nosotros por la voluntad de Dios;”
2 Corintios 8:5
Para ser exitoso en la tarea cristiana es necesario que seamos no sólo leales al Señor, sino también a la tarea y al trabajo con los que estamos asociados. Mientras más profundamente conocemos al Señor, más fácil nos será llevarnos bien con los demás.
El creyente superficial puede llegar a ser excéntrico. Los creyentes maduros caminan tan cerca del Señor que están seguros de tener su constante dirección en sus vidas. No buscan promover su lealtad al Señor independizándose de los demás.
Los Corintios, que primeramente se entregaron al Señor, fácilmente se entregaron a su apóstol conforme a la voluntad de Dios. Realmente es una delicia poder colaborar y trabajar con aquellos con quienes uno pueda confiar completamente y depender sin titubear. Que el Señor nos dé templanza y una disposición servicial.
Uno puede disponerse a ayudar en oración, amor y grata alabanza. También podemos sobrellevar muchas cargas, compartir muchos dolores y finalmente tener abundantes coronas siempre que estemos dispuestos a servir y entregarnos por los demás.
MEDITEMOS Y OREMOS
