“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro.”
Romanos 6:11
Nuestra vida después de la muerte debe seguir con hábito y actitudes consecuentes con todo lo sucedido.
“Así también vosotros consideraos muertos al pecado, pero vivos para Dios en Cristo Jesús, Señor nuestro. No reine, pues, el pecado en vuestro cuerpo mortal, de modo que lo obedezcáis en sus concupiscencias; ni tampoco presentéis vuestros miembros al pecado como instrumentos de iniquidad, sino presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.” Romanos 6: 11-13
Más aún, la resurrección de nuestro Señor lo que nos prepara para una comunión en sus sufrimientos, a fin de “llegar a ser semejante a él en su muerte” Filipenses 3:10
La intención en esto es prepararnos para el trabajo y sufrimiento con gozo y victoria.
“ pero los que esperan a Jehová tendrán nuevas fuerzas; levantarán alas como las águilas; correrán, y no se cansarán; caminarán, y no se fatigarán.” Isaías 40:31
Intentamos bien lo de los sufrimientos. No significa los sufrimientos nuestros, más bien los de nuestro Señor. No son nuestras luchas por la santidad de vida o por la sanidad del cuerpo por enfermedades y dolor; esos sufrimientos a otro nivel con él son, para que sobrellevemos las cargas de otros y las de la Iglesia sufriente y también las de un mundo que muere sin Cristo.
Que Dios nos ayude a no sentirnos abatidos por nuestra condición, más bien nos ayude a sustentarnos en el poder de su resurrección para sobrellevar sus cargas y beber su copa.
MEDITEMOS Y OREMOS
