“Puso su espíritu en nuestro corazón, como garantía de sus promesas”
2 Corintios 1:22
Nuestra vida como garantía : ¡Qué glorioso espectáculo! Lo vemos en el Hijo de Dios; lo vemos en sus apóstoles; lo vemos también en cada vida noble, exitosa y consagrada a él. Sin la garantía de su Espíritu en nuestros corazones, pueden haber muchas cosas de valor, pero carecen de la fibra de oro que las une a todas en una permanente y poderosa cadena. Son como las perlas preciosas que se desprenden del collar al suelo y se pierden porque carecen del hilo que los une, que les daba consistencia, valor y poder.
!Qué necesidad de tener un bautismo de fuego!
!Oh, por la garantía del Espíritu!
!Oh que tuviéramos una cosa que hacer y una qué preocuparnos!
!Oh por el profundo y eterno poder del corazón de Cristo en nosotros para amar, para sacrificarnos, para realizar, para preservar, para vivir y para morir como Él!
Avanzamos con un segundo mandato, con una divina y profunda verdad, con un mensaje claro y una obra gloriosa: está es una orden qué hay que obedecer.
Que produzca GOZO, querido hermano (a) de que el Señor pueda tener la certeza de contar con nosotros. Y si todo a nuestro derredor falla, seamos fiel a su mandato.
MEDITEMOS Y OREMOS
