Jesús les salió al encuentro, diciendo: “Salve”
Mateo 28:9
Este fue el emotivo saludo de Jesús a sus discípulos la mañana de su resurrección. Una palabra diáfana y radiante que, en su nombre, podríamos decir a nuestros hijos al comenzar el día.
La palabra significa mucho más que lo que aparenta a primera vista. Realmente es una oración para nuestra salud que nadie más que los que creen en la sanidad divina para el cuerpo pueden entender. Un amigo me sugirió que la palabra “Salve” realmente significa “salud”.
Sabemos que una persona con salud es saludable. El mensaje de nuestro Señor es substancialmente el saludo que de tiempos inmemoriales nos damos al encontrarnos: ¿Cómo estás? ¿Cómo está tu salud?, o también en algunas ocasiones ¡Te deseo lo mejor en salud!El deseo de nuestro Señor es igual a una promesa o un mandato. Es muy similar a la bendición del Apóstol Juan a su querido amigo Gayo, y nosotros deberíamos dar eco de los mismo a nuestros amigos queridos según la plenitud de la voluntad del Maestro. Amado, yo deseo que tú seas prosperado en todas las cosas, y que tengas salud, así como prospera tu alma. 3ª.Juan 2
MEDITEMOS Y OREMOS
