Gedeón y sus 300 hombres, agotados, pero persistiendo en la persecución,
llegaron al Jordán y lo cruzaron
Jueces 8:4
Es bueno que aprendamos a depender en el Señor para que él opere con nuestros débiles recursos; y mientras dependemos de él mantenernos fieles y diligentes en todo, sin permitir que nuestra confianza se deteriore en indolencia.
En la historia de Gedeón no encontramos nada de letargo e indolencia en sus 300 hombres, aunque eran pocos y débiles, eran leales, y hasta en su último aliento prestos para que el Señor los use. Agotados, pero persistiendo en la persecución, era su lema al avanzar hasta su gloriosa victoria. No descansaron hasta que se destruyó su último enemigo, y se castigó a todos sus falsos amigos por su deslealtad y traición.
El Señor llama a sus instrumentos más débiles. Y cuando él así lo estima, los capacita y ya no son débiles, son poderosos en Dios (2 Corintios 10:4) y fieles por su gracia en cada oportunidad que él dé y cada tarea que se nos confíe. “Ellos confían como si todo dependiera de Dios y trabajan como si todo dependiera de ellos mismos”
Maestro, enséñame a confiar y obedecer.
MEDITEMOS Y OREMOS
