Al momento stai visualizzando Meditación: 25 de Septiembre

Meditación: 25 de Septiembre

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, mas vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.
Gálatas 2:20

A menudo se nos pregunta: ¿Porqué Dios espera tanto para ayudarme? Todo tiene que ver con un orden. Él primero tiene que ajustarnos a la situación para que aprendamos la lección que él tiene para nosotros. Su promesa es, Yo estaré con él en momentos de angustia.

Primero el Señor quiere estar con nosotros en nuestra angustia hasta que reposemos en él. Después el Señor nos sacará de la misma. Esto no ocurrirá hasta que dejemos de estar inquietos y nerviosos y lleguemos a estar calmados y confiados. Entonces el Señor dirá: “Basta ya.”

Dios ocupa nuestros problemas y sufrimientos para enseñarnos preciosas lecciones. Él las permita para educarnos. Cuando estas han cumplido su buena obra en nosotros, entonces una gloriosa recompensa será nuestra a través de ellas. Él no las considera dificultades, son oportunidades.

Éstas mismas llegan a crear en nosotros un gran interés en Dios y nos muestran como él ha de liberarnos. Sin dificultades, no tendríamos una misericordia tan manifiesta por la cual estar dispuestos a agradecerle. Dios es tan profundo, tan grande, tan alto para el pequeño mundo de nuestras circunstancias.

MEDITEMOS Y OREMOS

Días del Cielo sobre la Tierra
Siguenos y comparte:

Lascia un commento