“Daniel, varón de deseos”
Daniel 10: 11
Varón de deseos es el carácter divino dado al profeta Daniel. Este apelativo se traduce como varón muy amado (Reina Valera 1960), pero literalmente significa “varón de deseos”.
El deseo es un elemento necesario en todo lo que se refiere a fuerza y poder espiritual. Es uno de los secretos de la oración eficaz del justo que puede mucho. (Santiago 5:16). “Por tanto, os digo que todo lo que pidiereis orando, creed que lo recibiréis, y os vendrá.” (Marcos 11:24). El elemento de gran deseo da ímpetu a nuestros propósitos y oraciones. La indiferencia es una condición insana; la indolencia y la apatía ofensiva tanto al Señor como a la naturaleza.
Es así en nuestra vida espiritual: el Señor muy a menudo tiene que despertarnos valiéndose de circunstancias difíciles y así literalmente empujarnos a lugares seguros. No hay un factor más eficaz en la oración que el amor. Si nosotros estamos intensamente deseosos o interesados en un objeto o en un individuo, nuestras peticiones serán entes vivos. No sólo al Señor le damos a conocer nuestros deseos, sino de alguna manera también nos da a conocer su ayuda a nosotros.
Que el Señor nos llene hoy con el corazón de Cristo para así irradiar su fuego divino en deseos santos y puros.
MEDITEMOS Y OREMOS
