“Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra.”
Mateo 6:10
La voluntad del Padre es que nuestros hogares puedan experimentar el Reino de Cristo. Cuando los apóstoles se acercaron a Jesús pidiéndole que les enseñase a orar como Él lo hacía, entre las cosas que respondió, Jesús les dijo que debían decir “Venga tu reino. Hágase tu voluntad, como en el cielo, así también en la tierra”.
Orar por el reino es tan importante, que si no lo hacemos entonces no estaremos orando como es debido, no estaremos orando como Jesús nos enseñó y enseña, no nos estaremos conformando a Cristo como es debido.
Pero si aprendemos a orar por el reino, entonces podremos experimentar Su avance en nuestras vidas y hogares de formas tan asombrosas que estaremos abrumados del poder de Dios. Él quiere que nuestra vida familiar sea un lugar donde experimentemos Su voluntad, Su amor, Su poder, Su presencia, Su sanidad, Su reconciliación, Su liberación, etc. Cuando oramos por el reino, le estamos pidiendo todas estas cosas al Padre.
Cada vez que te acerques a clamar a tu Señor, no te olvides de orar por Su reino. Comienza contigo, y sigue con cada miembro de tu familia, orando nombre por nombre. Pide con gran anhelo “venga tu reino a mi esposa, esposo, hijo, hija, padre, madre, hermano, hermana… irradia con tu luz cada rincón de su alma, concédele más y más hambre y sed de ti, revélate a su vida y obra con poder, llénale con tu Espíritu Santo y derrama tu amor sobre su vida.”
Matrimonios, oren juntos por el reino, para que podáis ser más y más una sola carne. Padres e hijos, oren juntos por el reino, para que el amor y el poder de Dios sea el sello de vuestros hogares.
No esperemos a que las circunstancias cambien para orar por el reino, obedezcamos a nuestro Señor, oremos por el reino y veremos Su gloria.
Lo hermoso, es que no solo experimentaremos el Reino de Cristo en nuestros hogares, sino que éstos serán usados para el avance de Su Reino. Nuestros hogares serán HOGARES ENCENDIDOS.
Padre, gracias por enseñarme a orar. Hoy decido obedecerte, orare por tu reino en mi hogar. Te amo.