Porque ¿qué aprovechará al hombre si ganare todo el mundo, y perdiere su alma?
Marcos 8:36
Una persona puede sacrificar su honor por un logro o beneficio. Puede desear cosas materiales y no preocuparse demasiado por cómo las obtiene. El mundo está lleno de tentaciones a una deshonra provechosa.
No hay dinero en el mundo para comprar un amigo fiel o un alma disciplinada; éstas cosas no tienen precio.
El mundo ofrece poder, riquezas, gozos temporales, fama, gloria, placer carnal, y satisfacción en muchas maneras. Ahora, si la persona puede adquirir todo esto, y al mismo tiempo pierde su alma por la eternidad, ¿qué ha ganado? El precio de lo mundano es demasiado alto; cuesta la perdición del alma eternamente.
El cuidado del alma es indispensable, por no decir necesario para todos: para los ricos, a causa de sus tentaciones; por los pobres, a causa de sus pruebas; por los viejos, porque la muerte está cerca; para los jóvenes, porque la vida con todas sus embriagadoras locuras está ante ellos.
¿De qué sirve conseguir todo lo que queremos y no tener nada con que disfrutarlo, habiendo perdido la vida en el proceso?
Jesús mismo tuvo la oportunidad de ganar el mundo al adorar a Satanás (Lucas 4:5-8), pero en lugar de ello, Él encontró vida y victoria en la obediencia.
MEDITEMOS Y OREMOS
“Donde ocurre la gracia, la generosidad sucede”
Max Lucado
