“Jesús se volvió y le dijo a Pedro:
Aléjate de mí Satanás quieres hacerme tropezar, no piensas en las cosas de Dios sino en las de los hombres”
Mateo 16: 23
Si el viejo hombre volviera a nuestras vidas y si lo escuchamos, tengamosle miedo ya que tendrá la misma influencia sobre nosotros como si este viejo hombre no estuviera muerto. Nos controlará y destruirá.
Ahora, si lo ignoramos y decimos: “Este no soy yo, eres tú Satanás y quieres que yo crea que el viejo hombre no ha muerto, yo te rechazo y resisto. Te trato como un poder demoníaco opresor y me desligo de ti”
Si decimos esto la vil voz desaparece, la sombra igual y la batuta de fe disipará el espíritu perturbador enviándolo de nuevo al abismo. En su lugar encontraremos a Cristo con su vida resucitada para darnos confianza y sellar nuestra victoria.
Satanás soporta todo menos nuestra negligencia. Si lo ignoramos se disgusta y desaparece. Jesús le dio la espalda al decir “aléjate de mí”. Rechacemosle así nosotros para que él se vea obligado a huir conforme al acto de fe por nuestra parte.
Antes pensaba que siempre debía vivir de un tropiezo a otro ya que mi viejo se veía envenenado del pecado; ahora hay un poderoso nuevo hombre que me sostiene purificandome, guardándome y viviendo en mí.
MEDITEMOS Y OREMOS
